
Ya se que es de impresentables andar por las calles con un niño a cuestas y más cuando a la vez intentan provocar con su mirada y su descaro a todos los hombres que vayan solos y con posiblemente buena cartera al lomo.
Viven así, como los pájaros que vuelan en manada y se expanden cada uno por su lado cuando encuentran su objetivo.
Son mujeres y niñas, niñas y bebés, todas hijas de padres, de primos, y de hermanos.
Supongo que trece o catorce años son suficientes para impartir clases de sexo inseguro, y mientras llega el retoño, no esta nada mal dedicarse a limpiar las lunas de los coches ante los ojos
incredulos de los conductores, que solo a veces, se paran a pensar lo que están viendo.
Eso sí, son bellas, tan bellas que andan como encima de un lago azul en primavera,
llevan en la sangre el vaivén y la cabeza alta.,,,,pese a todo.
Me gustaría verlas caminar así por pasarelas y no por las calles de mi ciudad, y sobre todo lo que más me gustaría es cojer a esos padres, a esos primos y a esos hermanos y encarcelarlos para que impartan sus clases entre paredes.